La Ciudad Blanca parece silenciosa y callada, hasta que llega el 31 de diciembre. Cada tarima se coloca con hojas de palma, para darle más vida a sus calles. Ibarra es una ciudad pequeña, por lo mismo muchos de sus pobladores de conocen entre sí.
En las casas y los negocios había pequeños años viejos que pretendían recibir al nuevo año con mucha alegría. Algunos con caras feas, representaban lo malo del 2008 que debía irse con las llamas de la medianoche.
Al caer la tarde, los fuegos pirotécnicos retumban los cielos de Ibarra, alumbrándose entre las nubes que apenas cubren el firmamento anaranjado. El clima de esta ciudad ayuda a que la gente salga sin recelo a mirar y admirar las bellezas que su gente recrea con los años viejos.
Las cámaras fotográficas se ubicaron, especialmente, en la tarima que contenía un arco de fútbol con José Francisco Cevallos, tapando un penal, y ganando la Copa Libertadores de América. Junto a él, un hincha de Quito algo viejo, con bastón, celebraba la victoria del cuadro de la Plaza del Teatro tras 40 años. “Felicidades a los campeones de Ecuador”, y más inscripciones llamaban la atención de pobladores y turistas.
Las viudas, por su parte, regalaban vasos de canelazo a aquellos coquetos hombres que les daban unas monedas. Bailaban también, junto a los parlantes con música, con las autoridades y representantes de la Policía y los Bomberos.
Cuando va llegando la hora, los vecinos salen a las calles, botan sus años viejos al asfalto, y gritan con euforia la cuenta regresiva “10, 9, 8…”. Ya llegado el último segundo de vida del año, comen uvas, botan lentejas, sacan maletas a correr con ellas, y se abrazan felicitándose por el año que acaba de llegar.
Calentándose con las llamas del muerto en el suelo, los vecinos, amigos y familiares se quedan unos momentos más deseándose los mejores presagios para el 2009. conversan de aquello que quisieran quemar, de aquello que quisieran rescatar… La familiaridad y el cariño sale a flote en el momento en el que la gente descubre que ha pasado un año más con sus seres queridos, y levantan plegarias para poder pasar un año más junto a ellos.
A la mañana siguiente, los pobladores barren sus entradas que, por la muerte del 2008, ha quedado repleta de cenizas.
Los viejitos... (Fotos de años viejos)
La seguridad social también se fue a la hoguera
Fotos de los Bomberos y la Policía
Las viudas enlutadas
Las más sexys
Bailes y risas
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